“Llegaba tarde. Era una época de mi vida en la que siempre llegaba tarde a todo, tanto física como anímicamente. Había quedado con Sonia y no quería plantarla en la primera cita. Te acuerdas de Sonia, ¿verdad? Tenía detrás de ella a toda la facultad de letras, y de no haber aparecido no habría tenido una segunda oportunidad, como así fue a la postre.
Decía que llegaba tarde, así que imagínate como iba. Mientras los semáforos estaban en rojo parecía un piloto esperando que se pusieran en verde y cuando esto sucedía, en apenas décimas de segundo salía a tope. Y no sólo eso, sino que, de vez en cuando, me saltaba alguno que otro.
Todo estaba controlado, y parecía que acortaba horarios. Iba a llegar casi a tiempo. Y digo “iba”, porque no llegué a tiempo. Bueno, directamente no llegué. En el tercer cruce de la calle Fuencisla López acabé chocándome con un Seat Ibiza gris. Nada más producirse el mismo pensé: 'joder, para un puto semáforo que no me salto, se lo salta esta zorra y nos damos un golpe. Ya sí que no llego. Mierda'.
Hasta que el conductor se bajó del Seat. Sabes, siempre he creído en el destino, y en las pequeñas cosas que causan grandes cambios en la vida, y aquello fue una de esas. Nada más ver a esa chica bajarse del coche sentí que iba a ser la madre de mis hijos. No te exagero, es de esas veces que estás muy seguro de algo, que tienes la certeza inexorable de que algo va a pasar, y que no concibes ningún otro tipo de desarrollo de los acontecimientos. No sabía ni su nombre, pero supe que aquella mujer sería la mujer de mi vida.
Debe de ser que ella tenía la misma percepción sobre mi persona o que, por lo menos, se dejó llevar. Nunca hemos hablado sobre aquello, preferimos mantener el misterio y no saber las sensaciones que tuvimos. Esas sensaciones que provoca eso que llaman 'flechazo'. Son demasiado bonitas como para descifrarlas. Bueno, el caso es que aparcamos los coches, que apenas sufrían daños en la zona delantera. Chapa y pintura. Tras el incidente nos fuimos a tomar café. Sobra decir que rellenamos los papeles del seguro de manera amistosa.
Y así empezó todo, Juan. Por cierto, sí, acabé plantando a Sonia, pero es que estaba citado con mi destino".
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